Después de años acumulando óxido y polvo, unos 1500 vehículos secuestrados por infracciones de tránsito comenzaron a ser compactados en Tandil, gracias a un operativo que mezcla orden, reciclaje y solidaridad. La mayoría de estos autos y motos estaban tirados en depósitos municipales desde hace más de un lustro y, como sus dueños jamás se dignaron a retirarlos, ahora terminarán convertidos en chatarra útil.
La movida se enmarca dentro del PRO.DE.CO., un programa nacional que busca eliminar los cementerios de vehículos que contaminan y ocupan espacio público. Pero lo más destacado es que el 90% de lo recaudado por la venta del metal irá directo al Sistema Integrado de Salud Pública local, dándole un fin noble a lo que antes era puro desperdicio. Compactar autos, al parecer, también puede salvar vidas.
La empresa encargada del trabajo es Metal Solver S.R.L., y el proceso comenzó esta semana en un predio de Av. Santamarina. En los próximos días, seguirán triturando en el depósito judicial de Cerro Leones. Así, Tandil convierte una vieja pila de problemas en un ejemplo de gestión inteligente, sustentable y, sobre todo, útil para la comunidad.