Cristina condenada: adiós a las urnas, pero no al poder del PJ

La Corte Suprema dejó firme la condena a Cristina Fernández de Kirchner en la causa Vialidad y la ex presidenta ya no podrá ser candidata nunca más. Pero lejos de retirarse en silencio, CFK activó sus redes de poder dentro del peronismo y lanzó una nueva narrativa: la de la proscripción. Desde el PJ nacional y con apoyo sindical, busca mantener su centralidad en el espacio, mientras la oposición —especialmente el oficialismo libertario— se queda sin su rival favorita para polarizar.

La noticia cayó como una bomba en el tablero político de cara a las elecciones bonaerenses de septiembre, donde Kicillof jugará a fondo. Sin Cristina en las boletas, el peronismo debe recalibrar su estrategia. Por ahora, la consigna es clara: nadie suelta el capital político del kirchnerismo, aunque ya empiezan a asomar los primeros movimientos internos para disputar el futuro liderazgo del espacio.

Mientras tanto, en el entorno de Javier Milei se mezclan el alivio judicial con la incomodidad electoral: les convenía Cristina en carrera para reeditar el discurso de “la casta”. El fallo obliga a repensar una campaña sin su principal antagonista. El kirchnerismo, por su parte, parece dispuesto a transformar la condena en combustible simbólico, con CFK como mártir, jefa espiritual y eje de futuras movilizaciones. El final de ciclo, al menos por ahora, tendrá que esperar.