El Gobierno nacional decidió salir a la cancha y encarar una nueva etapa de acercamiento político con las provincias. El flamante jefe de Gabinete Manuel Adorni y el futuro ministro del Interior Diego Santilli recibieron en la Casa Rosada a los gobernadores de San Juan, Marcelo Orrego, y Córdoba, Martín Llaryora, con una consigna clara: reconstruir puentes, sumar apoyo para las reformas que Milei planea enviar al Congreso y comenzar a tantear el siempre explosivo tema de la coparticipación.
En una jornada cargada de gestos y promesas, Orrego habló de una reunión “amena” y dejó en claro que acompañará las reformas laborales, fiscales y penales que impulsa el Ejecutivo. Desde el entorno de Santilli confirmaron que el ex vicejefe porteño planea una gira federal para reforzar vínculos con los mandatarios que respaldaron al oficialismo y limar asperezas con los que se sintieron marginados. La hoja de ruta incluye visitas a Entre Ríos, Mendoza, Chaco, San Luis y Salta, con una foto política que Milei espera usar como mensaje de “unidad libertaria”.
El tema de la coparticipación quedó en el aire, pero no fuera de agenda. “Estamos dispuestos a hablar de todo”, deslizaron en el entorno presidencial, conscientes de que tocar ese reparto de fondos puede desatar una tormenta. La jugada apunta a ganar tiempo, calmar a los gobernadores y allanar el terreno para el Presupuesto 2026, pieza clave de la nueva ingeniería económica que el Gobierno busca blindar con aliados antes de enfrentarse nuevamente al Congreso.