El mundo del fútbol argentino vuelve a quedar bajo una sombra espesa después de que Sur Finanzas —la financiera que se pasea por los clubes como si fueran propios— quedara en el centro de una investigación explosiva. Su cara visible, Maximiliano Ariel Vallejo, pasó de posar orgulloso en la oficina de Chiqui Tapia a aparecer en allanamientos vinculados a presunto lavado de dinero, coimas y rutas clandestinas de fondos públicos. Lo que antes eran declaraciones simpáticas sobre “ayudar a los clubes que necesitan financiación”, hoy suena a chiste de mal gusto.
La Justicia llegó a las oficinas de Sur Finanzas siguiendo una pista que huele peor que un vestuario sin ventilación: la criptomoneda NEBLOCKSHAIN, creada por la misma empresa, aparece en los chats de los acusados de lavar dinero de la causa ANDIS. Según los investigadores, habría sido una vía para convertir coimas en fondos limpios mientras Vallejo cosechaba contratos con clubes, auspicios millonarios y una presencia omnipresente en el fútbol local. Nada menos que la “Copa Sur Finanzas” —nombre del torneo de AFA en 2023, 2024 y 2025— quedó ahora con sabor a ironía.
Con préstamos de miles de millones a San Lorenzo, auspicios en Racing, Banfield, Platense, Barracas Central y media tabla del ascenso, la financiera de Vallejo se movía como pez en el agua en el ecosistema del fútbol argentino. Pero detrás de los flashes, los fiscales encontraron sociedades vinculadas a él rotuladas como apócrifas, operaciones por más de 4 mil millones sin justificar y un “trabajador autónomo” que declaraba ingresos de 25 mil pesos mientras compraba dólares como si imprimiera billetes en el garage. Vallejo presume de su amistad con Chiqui Tapia; ahora, también carga con un capítulo más en la novela interminable de escándalos que mezclan plata, poder y pelota.