El histórico Complejo Casino de Necochea está a un paso de ser rematado a toda velocidad: mientras algunos concejales piden prudencia, participación ciudadana y reglas claras, la mayoría del Concejo Deliberante avanza como un tren sin frenos hacia una subasta express que busca desprenderse del icónico edificio de 52 años en tiempo récord. El expediente, impulsado por el Ejecutivo, pretende vender el predio por un piso de $4.878 millones, muy por encima de la tasación oficial, y aun así todo indica que la aprobación llegará más rápido de lo que muchos vecinos esperaban… o temían.
Durante la última jornada de comisiones, los ediles se encontraron atrapados entre dudas incómodas y un cronograma acelerado. Se discutieron exenciones impositivas por dos décadas, falta de publicidad nacional del remate, cuotas de pago demasiado generosas para el comprador y la ausencia total de un plan claro sobre qué pasará con los fondos, especialmente en áreas sensibles como el Hospital Emilio Ferreyra. También se mencionó la incertidumbre sobre la sala de juegos, el destino del personal y la eventual negociación con Lotería Provincial. A pesar de todo esto, el proyecto sigue avanzando como si nada. “Se resuelve después”, parece ser el mantra no oficial del recinto.
Mientras tanto, solo un bloque levantó la bandera del patrimonio, de la transparencia y de la consulta ciudadana, advirtiendo que el casino no es solo un edificio viejo sino un bien público protegido por leyes provinciales y nacionales. Plantearon dudas sobre indicadores urbanos, impacto ambiental y la falta total de audiencia pública, obligaciones previstas por normativa vigente. Sin embargo, esas advertencias chocan contra una mayoría dispuesta a levantar la mano sin demasiados cuestionamientos. Con el expediente ya encaminado a la próxima sesión, la sensación que queda en la calle —y en redes sociales— es que la ciudad está frente a una subasta veloz y con más sombras que certezas. Y el reloj avanza.