El campo volvió a mover la aguja de las reservas y dejó en noviembre un ingreso de USD 759,7 millones, según informaron CIARA y CEC, las cámaras que representan casi la mitad de las exportaciones del país. Aun así, el número llegó con gusto a poco: la liquidación cayó un 32% respecto de octubre y puso en evidencia los vaivenes del sector. De todos modos, el acumulado del año sigue mostrando músculo, con un aumento del 24% frente al mismo período de 2024, lo que convierte al 2025 en un año clave para el ingreso de dólares.
El mes estuvo marcado por embarques acelerados y una intensa actividad de molienda, impulsados por el beneficio temporal del Decreto 682/2025 que suspendió, por un tiempo, los derechos de exportación. Traducción: las cerealeras aprovecharon la ventana para adelantar divisas, muchas de las cuales ya habían sido anticipadas en septiembre. Ese flujo es lo que les permite seguir comprando granos al mejor precio posible y mantener aceitada la rueda comercial que sostiene buena parte de la economía argentina.
Aun así, el sector aclara que cualquier comparación interanual es un campo minado: los ciclos agrícolas cambian con el clima, los precios globales, los paros gremiales, las regulaciones de otros países y hasta los feriados locales. Además, los dólares suelen liquidarse entre 30 y 90 días antes de que los productos salgan efectivamente del país. Por eso, aunque noviembre no brilló tanto como meses anteriores, el campo sigue siendo el salvavidas más firme que tiene la Argentina para alimentar (al menos un poco) sus siempre hambrientas reservas.