Fernando Gago afronta un duelo determinante en su ciclo como entrenador de Boca. Con apenas cuatro meses en el cargo, el técnico xeneize se juega más que una clasificación ante Alianza Lima: el encuentro en La Bombonera puede marcar un antes y un después en su continuidad. Tras un flojo desempeño en el partido de ida y la obligación de remontar una desventaja mínima, el margen de error es prácticamente inexistente.
La presión no solo radica en el resultado, sino en el contexto que rodea al equipo. Con refuerzos de jerarquía y un plantel diseñado para competir en lo más alto, Boca está obligado a avanzar en la Copa Libertadores. Una eliminación temprana significaría un golpe durísimo para el proyecto de Gago, dejando al equipo sin objetivos internacionales antes de marzo y generando un escenario de incertidumbre de cara al resto de la temporada.
Consciente del desafío, el entrenador movió piezas tras la derrota en Lima, realizando múltiples cambios en el once titular en el partido ante Aldosivi para evaluar opciones. Sin embargo, el partido de esta noche será el verdadero termómetro de su gestión. Si Boca no logra revertir la serie, la paciencia dirigencial y del hincha podría agotarse rápidamente, poniendo en jaque su continuidad en el banco xeneize.