MAR DEL PLATA – El Concejo Deliberante volvió a encenderse este lunes con la aprobación en Legislación de la adjudicación del estadio José María Minella, el Polideportivo Islas Malvinas y parte del Parque de los Deportes a la empresa Minella Stadium S.A.. La propuesta del intendente Guillermo Montenegro fue respaldada únicamente por el oficialismo, mientras que la oposición (Unión por la Patria, Acción Marplatense y el Frente Renovador) votó en contra y encendió las alarmas: un solo oferente, 30 años de concesión, y un negocio millonario cocinado a fuego rápido.
El concejal Guillermo Volponi defendió el expediente como si estuviera rematando una propiedad en crisis: calificó al estadio como un “elefante blanco” y aseguró que solo una empresa privada puede rescatarlo del abandono. Sin embargo, la única empresa que se presentó a la licitación fue Minella Stadium S.A., cuya promesa de eventos suena más a PowerPoint que a plan real, y que se haría cargo del predio por tres décadas, con una posible prórroga de diez años más. ¿Inversión proyectada? Hasta 40 millones de dólares… pero sin licitación competitiva.
Desde la oposición, Mariana Cuesta cuestionó la viabilidad económica de una única oferta, mientras Horacio Taccone se opuso al combo completo: “Si fuera solo el Minella, lo evaluaríamos. Pero entregar también el Polideportivo —que funciona y genera ingresos— es un error garrafal”. Para muchos, este intento del municipio esconde un pase de manos disfrazado de modernización, y deja abierta la pregunta: ¿mejora para la ciudad o un gran negocio cerrado entre pocos? El expediente ya avanza hacia Hacienda y, si no se frena, el “Parque Municipal de los Deportes” podría pasar a llamarse “Parque Privatizado de los Intereses”.