Otra noche sin paz en Tandil. Mientras muchos intentaban descansar, el Parque Independencia volvía a convertirse en el epicentro del ruido, motos a todo volumen y descontrol juvenil. Ruth Henderson, una vecina harta de no pegar un ojo, estalló en redes sociales: “02:32 de la madrugada y esto es una joda. Nadie hace nada. ¿Policía? ¿Tránsito? ¿Alguien?”.
Su reclamo no es nuevo, pero sí cada vez más desesperado. Desde hace años, los habitantes cercanos al parque denuncian el mismo calvario: picadas, escapes libres, música a todo volumen y cero control. La respuesta oficial sigue brillando por su ausencia, y la paciencia de los vecinos se evapora al ritmo de los motores.
“No puedo creer que sigamos igual. Un día va a pasar una desgracia. Ya no se trata solo de dormir, se trata de vivir con dignidad”, cerró Henderson, en una postal que expone la falta total de orden nocturno en una ciudad que se duerme… pero no descansa.