El intendente Miguel Lunghi decidió subir el precio del transporte público por decreto, sin esperar el aval del Concejo Deliberante. Según justificó, lo hizo para “garantizar el normal funcionamiento del servicio”, pero lo cierto es que la medida deja a más de 55 mil usuarios con un boleto plano de $1.333,81 y sin voz en la discusión. El tarifazo también impacta en los trayectos interurbanos: ir a Vela costará $5.820 y a Gardey $2.630.
Desde marzo, la Cámara de Transporte venía reclamando una actualización automática de las tarifas atadas al índice de inflación. El tema se trató 13 veces en comisión y nunca llegó a aprobarse en sesión. Cansado de esperar, Lunghi saltó el procedimiento institucional y firmó el aumento por su cuenta. El decreto ahora irá al Concejo “para su convalidación”, pero ya está en marcha: apenas se actualice el sistema SUBE, los nuevos precios comenzarán a aplicarse.
Para colmo, el Ejecutivo local ya notificó a las empresas de transporte e instó a reanudar los servicios en 24 horas. En medio del caos económico, el argumento oficial habla de “previsibilidad”, pero lo único previsible es que el bolsillo de los tandilenses volverá a sufrir. Mientras tanto, el intendente evita enfrentar el debate legislativo y toma decisiones unilaterales, dejando a la ciudadanía en el último asiento del colectivo.