El próximo 26 de octubre, las elecciones legislativas nacionales traerán una novedad histórica: por primera vez, todos los argentinos votarán con la Boleta Única de Papel. Este modelo, que reemplaza al tradicional esquema de boletas partidarias, busca simplificar el proceso, garantizar igualdad entre fuerzas políticas y reducir los problemas que solían generar los faltantes en el cuarto oscuro.
La Cámara Nacional Electoral presentó oficialmente el diseño de esta boleta en septiembre. En ella, los partidos aparecen en columnas y los cargos en filas, con casillas para que el votante marque su preferencia con lapicera. Según la jurisdicción, el formato incluirá senadores y diputados nacionales o solo diputados. Además, figuran fotografías de candidatos y símbolos partidarios para facilitar la identificación.
El procedimiento será sencillo: el elector recibe la boleta y una lapicera, marca su opción, dobla el papel por la línea indicada y lo deposita en la urna. Entre las ventajas más destacadas, se señala mayor transparencia, igualdad de condiciones para todos los partidos, un menor costo para el Estado y un sistema más ágil para quienes acudan a votar. Con esta implementación, Argentina apuesta a una elección más clara y moderna.