El doctor Sergio Alfieri, quien acompañó durante años al papa Francisco en su atención médica, rompió el silencio este jueves y reveló detalles conmovedores sobre los últimos momentos de vida del pontífice. “Cuando llegué a su habitación, ya no había nada que hacer. Se había ido en calma, como él quería”, relató en diálogo con medios italianos.
Alfieri explicó que Francisco ya no reaccionaba a estímulos ni respondía a llamados cuando lo encontraron en su cama. “Estaba con los ojos abiertos, pero ausente. Sin dificultad para respirar, sin dolor aparente. Comprendí enseguida que el final estaba cerca”, dijo. El médico descartó la posibilidad de un traslado al hospital Gemelli, asegurando que habría sido inútil y que, además, el Papa deseaba morir en su hogar.
La muerte, producto de un derrame cerebral, ocurrió cerca de las 7:30 de la mañana. “Fue un desenlace rápido, del que no se puede volver”, agregó Alfieri. La despedida fue íntima: el cardenal Pietro Parolin rezó un rosario junto al cuerpo, y el médico le dio una caricia final al hombre que, hasta el último momento, eligió la serenidad de su casa por sobre los fríos pasillos de un hospital.