El Vaticano amaneció con una noticia que paralizó al planeta: el papa Francisco murió este lunes a las 7:35 (hora de Roma) en su residencia de la Casa Santa Marta. El anuncio lo realizó el cardenal Kevin Farrell, camarlengo del Vaticano, en una transmisión solemne desde la capilla privada. “Ha vuelto a la casa del Padre”, declaró conmovido. Francisco, primer papa latinoamericano y emblema de una Iglesia más cercana a los pobres, falleció tras una larga convalecencia.
Apenas un día antes, y contra todo pronóstico, el Sumo Pontífice se mostró ante miles de fieles desde el balcón de San Pedro y recorrió la plaza en papamóvil. Con gestos cansados, pero con la voluntad intacta, bendijo a niños y ofreció su último mensaje público, sin saber —o tal vez sabiéndolo— que era su despedida. Su salud venía deteriorándose desde hacía meses, y había estado internado recientemente por una neumonía severa.
El anuncio formal de su fallecimiento activó el protocolo de Sede Vacante, en el que la Iglesia queda sin Papa hasta la elección de su sucesor. Las ceremonias fúnebres ya están en marcha y se espera una afluencia histórica de fieles al Vaticano para darle el último adiós a Jorge Mario Bergoglio, el jesuita que cambió el rostro de la Iglesia y que, hasta el final, eligió caminar cerca de los humildes.