Pese a los feriados de mayo que prometían una bocanada de aire fresco para el turismo, las perspectivas en Mar del Plata son tibias. Operadores hoteleros y agentes inmobiliarios advierten que el nivel de reservas apenas ronda el 40%, un número inferior al de la última Semana Santa, que ya había dejado gusto a poco. La incertidumbre económica y la falta de liquidez impactan de lleno en la decisión de viajar.
Desde el municipio y el sector privado coinciden: la combinación de un viernes “optativo” y su cercanía con Semana Santa juega en contra. La mayoría de los visitantes decidirá a último momento si emprende la escapada, mientras las calles de la ciudad se preparan para recibir a un turismo más modesto. Aun así, apuestan a atraer público con actividades culturales gratuitas y promociones especiales.
Mientras tanto, el alquiler de casas y departamentos también atraviesa una meseta. Desde el Colegio de Martilleros reconocen que “las expectativas son escasas” y que, lejos de un aluvión de turistas, será un fin de semana largo de perfil bajo. Con sueldos que llegarán después del feriado, para muchos la opción será simplemente quedarse en casa.