Unanimidad y festejo en la Universidad Nacional de Mar del Plata: desde el 1 de noviembre, la Escuela Superior de Medicina dejará de ser “escuela” para convertirse en Facultad, un cambio que implica autonomía institucional, gestión propia de recursos y la posibilidad de elegir sus autoridades. La decisión fue tomada por la Asamblea Universitaria, órgano máximo del gobierno universitario, y marca un antes y un después en el camino académico iniciado en 2017.
La conversión no es solo simbólica: es fruto del crecimiento sostenido de una carrera que ya formó a tres camadas de médicos y que, en siete años, llegará a los 299 egresados. La casa de estudios, actualmente dirigida por Adrián Alasino, podrá ahora designar a su propio decano y profundizar su rol dentro del sistema público de salud y educación, con mayor independencia del Rectorado. La medida fue celebrada como un acto de madurez institucional con “profundo contenido democrático”.
El rector Alfredo Lazzeretti aprovechó la ocasión para defender la educación superior pública y gratuita en tiempos de recortes presupuestarios. También respaldó la presencia de estudiantes extranjeros en las universidades nacionales, en respuesta al reciente anuncio del Gobierno que habilita a las casas de estudio a cobrarles aranceles. “No nos da pérdida, nos enriquece”, remarcó, reivindicando la integración regional y la mirada latinoamericana de la educación.