Después de años de abandono, el Municipio de Necochea ahora pretende mostrar músculo con un operativo de bacheo que llega tarde, mal y a medias. Con promesas recicladas y toneladas de asfalto caliente, aseguran que están “mejorando la transitabilidad”, cuando en realidad apenas están parchando los pozos que dejaron multiplicarse por toda la ciudad. El director de Servicios Públicos, Ariel Rodríguez, se pasea por los medios hablando de licitaciones y toneladas, mientras los vecinos esquivan cráteres como si manejaran en la Luna.
Entre cortes de calles, parches mal señalizados y obras eternas, dicen que están trabajando en el microcentro y en barrios como el Obrero. Pero la realidad es que muchas de estas zonas llevan años esperando respuestas, y recién ahora –con elecciones en el horizonte y la crítica ciudadana a flor de piel– salen a tapar los agujeros que ellos mismos dejaron crecer. En la Avenida 59, por ejemplo, se necesitaron casi ocho toneladas para cubrir un solo bache. ¿Qué hicieron todo este tiempo?
Y mientras los funcionarios venden como logro lo que debería ser lo mínimo, los vecinos siguen zigzagueando entre pozos, cortes, y promesas. Hablan de coordinación con Obras Sanitarias, nuevas licitaciones y más carpetas calientes, pero lo cierto es que, una vez más, el plan integral suena más a maquillaje de campaña que a solución de fondo. Si esto es lo mejor que pueden ofrecer, Necochea va a seguir teniendo más baches que ideas.