Un escándalo salpica a la Municipalidad de Tandil: los caniles de Zoonosis, que deberían proteger a los animales callejeros, terminaron convertidos en una laguna. Las imágenes de perros mojados y tiritando desataron la furia de las organizaciones proteccionistas, que ya amenazan con marchar hasta la puerta del intendente Miguel Lunghi si no obtienen respuestas.
El caso es un cóctel explosivo: primero, una empresa privada llamada Teletec Group recibió casi 25 millones de pesos para levantar el albergue, pero según el propio director de Bromatología abandonaron la obra. Después, el municipio volvió a pagar —esta vez con fondos públicos— para terminar el proyecto. Resultado: caniles mal diseñados, sin desagües y levantados en un terreno bajo, justo al lado del basural. Hoy, cada lluvia transforma el predio en un foco de enfermedades.
A pesar del dinero invertido y de las irregularidades señaladas, no hay ninguna acción legal contra la firma. Lo único claro es la bronca ciudadana. “Si no recibimos respuestas vamos a marchar con los perros hasta la casa del intendente”, advirtió Mascotandil. Entre tanto, los animales siguen sufriendo en un lugar que debía rescatarlos y terminó siendo un pantano carísimo.