La tensión en Medio Oriente escaló a niveles alarmantes y obligó a varios países latinoamericanos a evacuar de urgencia a sus diplomáticos en Irán. Argentina, Brasil, Uruguay, Chile, Bolivia y México decidieron cerrar sus embajadas en Teherán luego de que la ofensiva militar israelí contra el régimen de los ayatolás volviera insostenible la seguridad en la capital iraní.
La Cancillería argentina dispuso la salida inmediata de su personal, aclarando que la medida no implica un quiebre diplomático, sino una decisión preventiva en un escenario donde caen misiles y arden refinerías. El encargado de negocios, Mariano Jordán, se trasladó por tierra hasta Azerbaiyán, mientras unos 40 argentinos optaron por permanecer en suelo iraní pese a las advertencias.
La avanzada militar ordenada por Benjamin Netanyahu ya desmanteló buena parte del programa nuclear iraní, y mientras Teherán tiembla bajo los bombardeos, la comunidad internacional hace las valijas. Cuba, Nicaragua, Bolivia y otros países también se sumaron a la retirada. El caos crece, la incertidumbre domina y las embajadas se vacían a toda velocidad, mientras el mundo observa cómo se enciende un nuevo foco de guerra global.