Andrés Rodríguez, el capo de UPCN y figura fuerte en la CGT, dejó de lado las vueltas y confirmó que el gremialismo ya eligió su ficha en el tablero peronista: Axel Kicillof. “La CGT ya tomó partido”, largó sin filtro, a horas del congreso partidario bonaerense. En plena guerra interna del PJ, el sindicalista dijo que hace falta una renovación urgente, pero aclaró: “No se trata de fusilar a nadie”. ¿Mensaje para Cristina?
Desde el sanatorio de UPCN en Zárate, Rodríguez tiró munición gruesa pero con diplomacia. Habló de autocrítica, de recuperar los valores del peronismo y de terminar con los personalismos. Apuntó directo al poder de CFK sin nombrarla: “No puede ser que una o dos personas manejen todo”, lanzó, mientras pedía una reconfiguración del movimiento “con líderes naturales” y un proyecto de verdad.
También se metió en la polémica por la reforma laboral. Dijo que no es enemigo del cambio, pero advirtió: “Cada vez que dicen ‘reforma’, nos quieren sacar derechos”. Cuestionó al gobierno nacional por el ajuste y la falta de diálogo, y cerró con una amenaza elegante: “Si no nos escuchan, van a venir reacciones que no son buenas para el país”. Traducido al criollo: la paz social tiene precio, y no se paga con fotos.