Ficha Limpia, promesas rotas y pases de factura entre el PRO y el Gobierno

El fallido intento de aprobar la ley de Ficha Limpia desató una nueva batalla entre el oficialismo y el PRO, donde las acusaciones cruzadas opacaron cualquier intento de autocrítica. La diputada Silvia Lospennato, impulsora del proyecto, apuntó contra La Libertad Avanza por facilitar —según dijo— el voto negativo de senadores alineados con el exgobernador misionero Carlos Rovira. Desde Casa Rosada no tardaron en responder: el vocero presidencial, Manuel Adorni, la responsabilizó por haber forzado un tratamiento que terminó enterrando la iniciativa.

Ambos son rivales directos en la carrera electoral porteña y el episodio sirvió como combustible para alimentar sus campañas. Mientras Lospennato denunció una “traición” en el Senado que deja el camino libre para que Cristina Kirchner vuelva a postularse, Adorni recordó que ni siquiera durante los años de gobierno del PRO lograron sancionar la ley, ni en Nación ni en la Ciudad de Buenos Aires. “Es absurdo que nos acusen a nosotros”, remató el vocero, con tono desafiante.

Con la caída del proyecto, los candidatos con condenas firmes seguirán habilitados para competir en las elecciones de octubre. La sesión terminó no solo dejando un vacío legislativo, sino también un clima de desconfianza que trasciende a los bloques. Para muchos ciudadanos, el mensaje fue claro: una vez más, la política jugó para la impunidad.