Kicillof en pie de guerra por la educación: “Nos atacan, pero no nos vamos a quedar quietos”

Desde el corazón de Ensenada, Axel Kicillof se calzó el traje de defensor acérrimo de la educación pública y le lanzó una fuerte advertencia al gobierno nacional: “Esto es un ataque frontal sin precedentes”. En un seminario rodeado de docentes, funcionarios y militancia sindical, el gobernador bonaerense no esquivó la crítica, pero tampoco se quedó en la queja. Reconoció que el sistema tiene fallas, que la deserción golpea y que las condiciones sociales son un obstáculo, pero prometió: “Vamos a hacerle frente con más presencia del Estado y políticas reales”.

Lejos de discursos de barricada vacíos, Kicillof apuntó a una estrategia concreta: los Centros Socioeducativos y Comunitarios, una red de contención que ya logró reinsertar a miles de jóvenes en las escuelas. Con más de 215 sedes en 28 distritos, y un equipo de profesionales que mezcla pedagogía con intervención territorial, el mandatario apostó a “revincular desde el barrio”. En un tiro por elevación a Milei, afirmó que “sin escuela pública, los más humildes no tienen futuro”. Y volvió a poner en el banquillo al Ejecutivo nacional por desfinanciar la educación mientras promueve soluciones privadas que —según dijo— “no llegan a los que más lo necesitan”.

El encuentro, al que asistieron más de 1.200 personas, fue también un baño de respaldo político y gremial para el gobernador. El ministro Sileoni, el intendente Secco y una nutrida comitiva de dirigentes sindicales dijeron presente para mostrar músculo frente al ajuste. Pero Kicillof dejó en claro que no alcanza con resistir: “Defender la educación pública también es admitir lo que está mal y mejorarlo desde adentro”. Un mensaje directo a propios y ajenos, en medio de una batalla ideológica donde el aula se convierte en trinchera.