Con la inseguridad golpeando las vacaciones de invierno, el Municipio de Tandil levantó el teléfono y la Provincia respondió con lo más parecido a una fuerza de élite que tiene: la Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas (UTOI), una especie de G.I. Joe bonaerense con base en Olavarría. Los uniformados desembarcaron en la ciudad para patrullar calles, revisar autos y, de paso, meter un poco de miedo a los que pensaban que el receso era tierra liberada.
La secretaria de Protección Ciudadana, Alejandra Marcieri, fue la encargada de recibirlos con agradecimientos y sonrisas, como si acabaran de llegar refuerzos de la ONU. Según informó el municipio, los agentes se desplegaron en controles fijos y móviles por distintos puntos del partido, intentando llevar algo de calma a una ciudadanía que ya se acostumbró a mirar por encima del hombro.
Aunque la medida fue celebrada como una “respuesta inmediata”, lo cierto es que no deja de ser un parche más en una provincia donde los operativos llegan solo cuando se pide auxilio a gritos. ¿Solución estructural? Por ahora no. Pero al menos por unos días, los chorros van a tener que esquivar a más de un patrullero extra.