Italia modifica el acceso a la ciudadanía por descendencia y pone freno a su uso masivo

El gobierno italiano introdujo cambios en su normativa sobre ciudadanía con el objetivo de limitar el acceso automático a descendientes de italianos nacidos en el extranjero. A partir de ahora, solo podrán obtener la nacionalidad de forma directa hasta la segunda generación: es decir, hijos y nietos de ciudadanos italianos nacidos en Italia. La medida busca frenar el creciente número de solicitudes, especialmente en países sudamericanos como Argentina y Brasil, donde el interés por el pasaporte europeo se disparó en los últimos años.

El canciller italiano, Antonio Tajani, explicó que esta decisión responde al deseo de preservar el verdadero vínculo cultural con Italia y evitar la “comercialización” de la ciudadanía. “No se puede usar un pasaporte italiano solo como puerta de entrada a otros países”, señaló, en clara referencia a campañas que ofrecían cursos o asesoramientos para obtener la nacionalidad con fines laborales o migratorios. En paralelo, se informó que quienes ya cuenten con ciudadanía y residan fuera del país deberán demostrar su relación activa con Italia al menos una vez cada 25 años.

Entre los cambios también se establece que las nuevas solicitudes ya no se canalizarán a través de los consulados, sino directamente mediante un organismo dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores. La decisión llega en un contexto en el que más de 60.000 expedientes siguen pendientes y se estima que hasta 80 millones de personas en el mundo podrían reclamar la ciudadanía italiana bajo las reglas anteriores. La reforma apunta a ordenar este fenómeno y asegurar que quienes acceden a la ciudadanía tengan un lazo genuino con el país.