El transporte público de pasajeros en Necochea entra en una etapa crítica. A menos de un año del vencimiento de las concesiones actuales, las empresas ya están moviendo sus fichas: reducción de líneas, ajustes en recorridos y un inminente aumento del boleto. Mientras se define el futuro del servicio, en el Concejo Deliberante se discuten modificaciones que, lejos de mejorar, parecen achicar la cobertura en nombre de la “optimización”.
Entre las propuestas se destaca la fusión de las líneas 502 y 503 —las llamadas “verdes”—, con el objetivo de reducir la frecuencia a 24 minutos, sacrificando parte del trazado para ganar regularidad. También planean extender la línea 518 para cubrir zonas de la avenida 98 y que la 514 funcione los sábados, además de los días hábiles. Todo suena bien en el papel, pero los vecinos ya advierten que menos ramales puede significar más esperas y barrios menos conectados.
Y como si esto fuera poco, el boleto vuelve a subir. Actualmente en $1.023,19, se estima que en las próximas semanas superará los $1.100. La fórmula polinómica que ajusta el precio según inflación y costos operativos no da tregua. Así, se esfuma la leve baja previa y se profundiza un modelo de transporte que promete “eficiencia”, pero que para muchos usuarios ya empieza a sentirse cada vez más caro y cada vez más lejano.