La maquinaria electoral de UATRE rugió con fuerza en Mar del Plata, donde la Lista Verde Unidad —alineada al secretario general nacional José Voytenco— arrasó en las elecciones regionales sin dejar margen para el debate. Con el respaldo absoluto de las bases presentes, la jornada coronó a Enrique García como Delegado Regional y a Jonathan D’Annunzio como su número dos, asegurando el control gremial hasta 2029. La movida refuerza el dominio del oficialismo en una zona clave y marca otro casillero tachado en el plan de “normalización” que impulsa la cúpula del gremio rural.
Pero no todo es festejo y palmadas en la espalda. Mientras el oficialismo celebra con bombos y platillos en la costa marplatense, Necochea aparece como la mancha en el mapa de esta reorganización sindical. A pesar de ser una seccional estratégica, quedó completamente afuera del proceso por no haber logrado aún la normalización de su comisión administrativa. El obstáculo tiene nombre y apellido: Secretaría de Trabajo de la Nación, que todavía no se pronunció sobre cómo y cuándo se pondrán en marcha los mecanismos para que los trabajadores rurales y estibadores locales recuperen su representación. Como si fuera poco, pesan en el historial reciente episodios turbios, con denuncias penales e intentos fallidos de intervención en la sede de Quequén.
Con 13 seccionales ya alineadas bajo la bandera verde (incluyendo Balcarce, Olavarría, Lobería y Tres Arroyos), la conducción nacional de UATRE no oculta su ambición de mostrar músculo institucional y cerrar filas de cara al futuro. Sin embargo, el caso Necochea —por ahora en pausa— deja a la vista que, pese al relato de unidad y federalismo, aún hay cuentas sin saldar en el corazón del gremio. ¿Será cuestión de tiempo… o de voluntad política?