Una verdadera bomba política sacudió el Concejo Deliberante de Necochea cuando el concejal Bartolomé Zubillaga, espada de Avanza Necochea, denunció públicamente un descalabro financiero que haría temblar a cualquier contador. El edil exigió la presencia de funcionarios municipales tras analizar una rendición de cuentas 2024 que, según sus palabras, “huele a desastre”. La gota que colmó el vaso: un déficit financiero de casi 3.900 millones de pesos que se disparó sin freno desde los 1.400 millones del año anterior. “Queremos que den la cara”, disparó.
Como si eso fuera poco, Zubillaga prendió fuego los papeles al advertir que los gastos municipales superaron largamente a los ingresos, generando un déficit fiscal monstruoso de 6.900 millones. “No es un dato que viene de la oposición, lo informa el contador del municipio, un técnico de carrera”, subrayó, tratando de despegar su denuncia de cualquier tinte político. En otras palabras: las alarmas no suenan por paranoia, sino porque los números no cierran por ningún lado.
Pero la frutilla del postre llegó con la revelación del nivel de deuda: unos abrumadores 8.100 millones de pesos que cuelgan como una espada sobre las arcas municipales. Y para rematar el escándalo, el Ejecutivo ni se presentó a dar explicaciones. Zubillaga, con tono indignado, afirmó que volvieron a convocarlos formalmente para el viernes. La pregunta que flota en el aire: ¿vendrán esta vez o seguirán mirando para otro lado?