Aunque la Municipalidad de Necochea anunció con bombos y platillos la llegada del tomógrafo para el Hospital “Dr. Emilio Ferreyra”, lo cierto es que el equipo aún se encuentra varado en la aduana de Buenos Aires y el servicio sigue sin estar disponible para los vecinos. A pesar de los comunicados oficiales, la realidad es que el tan promocionado “momento histórico” todavía no se concreta, y la comunidad continúa esperando un diagnóstico preciso sin tener que viajar o pagar un estudio privado.
El intendente Arturo Rojas intenta capitalizar políticamente una compra que fue financiada a crédito, sin tener aún habilitado ni el espacio ni la logística necesaria para su funcionamiento. Se anunció la incorporación de profesionales, pero la puesta en marcha del servicio sigue siendo una promesa, y el acceso a la salud pública de calidad continúa en pausa para miles de vecinos.
Mientras tanto, la obra civil que debería recibir al tomógrafo avanza con lentitud y depende en gran parte del esfuerzo de la Cooperadora del hospital, no del Municipio. El tomógrafo, en lugar de representar una mejora concreta y urgente, se ha convertido en otro símbolo de una gestión que prioriza la propaganda antes que los resultados.